Es incuestionable que los suelos de madera aportan tres características muy evidentes, como son el calor, la belleza y la decoración. Otorga amplitud al espacio y es muy resistente al paso del tiempo, teniendo además una gran capacidad aislante.
Dentro de estos suelos existes dos grandes tipos como son el parqué y la tarima flotante. De cada uno de estos grupos hay en el mercado numerosísimos acabados, calidades y colores